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Cualquiera de varios árboles nativos del hemisferio norte, de fuste alto y bien ramificado, con la corteza colorida desprendiéndose por placas todo a lo largo del año, lo que le da una apariencia vistosa y una gran resistencia a la polución, al impedir que sus poros se sellen por la acumulación de contaminantes. Muestra hojas palmatilobuladas y frutos incomestibles, globosos, con la superficie vellosa, formando pequeños racimos. Es común en la ornamentación de parques y paseos.
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Fruto en forma de falsa baya, que alcanza de 7 a 30 cm de largo y hasta 5 de diámetro, presentándose en racimos compactos de hasta cientos de ejemplares. Está cubierta por un pericarpo coriáceo verde en el ejemplar inmaduro y amarillo intenso, rojo o bandeado verde y blanco al madurar. Es de forma lineal o falcada, entre cilíndrica y marcadamente angulosa según la variedad. El extremo basal se estrecha abruptamente hacia un pedicelo de 1 a 2 cm. La pulpa es blanca a amarilla, rica en almidón y dulce en los plátanos puede resultar algo astringente o gomosa por su contenido en látex, farinosa y seca. Muy rara vez las variedades diploides o tetraploides producen semillas. En la nomenclatura vernácula a veces se traza una diferencia entre las bananas, consumidas crudas como fruta de postre, y los plátanos, que por su superior contenido en fécula deben asarse o freírse antes de su ingesta.
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Grupo de plantas herbáceas que producen este fruto, compuesto tanto por híbridos como por cultivares genéticamente puros de algunas especies de Musa. Se cultivan en más de 130 países, desde el sudeste asiático de donde son nativas, hasta Oceanía y Sudamérica. No son árboles sino megaforbias perennes, con pseudotallo de hasta 7 m de altura y hojas que se cuentan entre las más grandes del reino vegetal.